El 13 de julio se celebra el Día Internacional del Trastorno por déficit de atención e hiperactividad; jornada en la cual las personas con TDAH y sus familias buscan una mejora urgente en educación, sanidad, servicios sociales y justicia, según ellos mismos demandan.
TDAH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos comórbidos.
Síntomas de TDAH
Es fundamental para el diagnóstico de TDAH evaluar que los síntomas (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad) se presenten:
Desde una edad temprana: antes de los 12 años.
Con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
Que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social.
No ser causados por otro problema médico, un tóxico, una droga u otro problema psiquiátrico.
Pese a que pueda existir sospecha clínica en niños de menos de 6 años el diagnóstico de TDAH requiere haber superado esta edad. Además, es frecuente que el TDAH se reconozca en los niños cuando comienza la educación primaria, coincidiendo con dificultades en el rendimiento escolar y la presentación de disfunciones sociales.
Los síntomas nucleares del TDAH son independientes unos de otros. No todos los niños con el trastorno manifiestan los mismos síntomas ni con la misma intensidad.
En esta sociedad hiper-conectada, las Redes Sociales se han convertido en la principal fuente de información sobre esta enfermedad, constituyendo un punto de encuentro para quienes la buscan, al no encontrarla en su entorno. Por ello, familiares de afectados con esta enfermedad afirman que tenemos la responsabilidad de divulgar el trastorno más común en la infancia y con considerable impacto en la edad adulta.
El TDAH afecta al 5% de los niños en edad escolar, pudiendo llegar hasta un 40% de ellos a continuar padeciéndolo en la edad adulta.
Ante cualquier duda acude con un médico especialista, o consulta a tu médico de cabecera.
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