El paludismo, también conocido como malaria es una enfermedad transmitida a través de la picadura de mosquitos portadores del parásito Plasmodium que se multiplica en el hígado y glóbulos rojos.
Síntomas
Los síntomas aparecen entre los 7 y 15 días de la picadura y los más comunes son fiebre, sudoración, vómito y dolor de cabeza. Si los pacientes no son atendidos en tiempo y forma estos síntomas pueden agravarse y desencadenar anemia grave.
La intensidad de la transmisión depende del tipo de mosquito, el parásito, el huésped humano y las condiciones climáticas. Los mosquitos se reproducen en agua dulce de baja profundidad como ríos, lagunas, charcos y estanques pudiéndose producir brotes de la enfermedad en zonas cuyo clima favorece súbitamente la transmisión.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico más certero es el parasitoscópico que se realiza mediante la observación al microscopio de una muestra de sangre. Existen también las tiras reactivas para resultados rápidos sin embargo éstas deben siempre ratificarse mediante un estudio de laboratorio.
El tratamiento del paludismo se aplica con medicamentos de acuerdo a la intensidad de la transmisión y recomendaciones que tienen en cada entidad federativa.
Las medidas para prevenir la malaria se basan en la eliminación de hábitats propensos para la propagación y la instalación de barreras físicas como mallas y mosquiteros en puertas y ventanas.
